top of page
barra.png

Algo por lo que morir.

  • Foto del escritor: cascanteandres
    cascanteandres
  • 27 feb
  • 3 Min. de lectura

"Una persona que no ha descubierto algo por lo que moriría, no está en condiciones de vivir."

___Martin Luther King.___


La sociedad capitalista, de consumo, de confort, nos hace vivir la vida de manera solipsista, sin nada más grande ni más importante que nosotros mismos, sin algo de lo que seamos parte y que a la vez sea parte nuestra, que sea tan valioso y que amemos tanto, como para que estemos dispuestos a dar la vida por protegerlo. La falta de esta identificación se manifiesta en la sociedad como el desamor y la desidentificación que tenemos con nuestro mundo. Despreocupados de nuestro impacto en la sociedad, en el medio ambiente, incapaces de amar a nuestro pueblo, a nuestra tierra, algunos ni a su propia familia ni a sus propios cuerpos.


La irrelevancia que le damos a nuestro impacto en la sociedad es muestra de nuestra desconexión con la vida, que se vuelve sin sentido, depresiva, sin valor, por lo que nos limitamos a hacer el mínimo esfuerzo por transitar el día a día en nuestros trabajos, con las personas, en nuestros hogares, etc.


Teoría de la autodeterminación:

Los seres humanos necesitan tres cosas básicas para estar contentos: necesitan sentirse competentes en lo que hacen; necesitan sentirse auténticos en sus vidas; y necesitan sentirse conectados con los demás.


Necesitamos encontrar eso con lo que identificarnos, a lo que pertenecer, que podamos amar y queramos proteger. Antes estábamos dispuestos a dar la vida por nuestras familias, por nuestra comunidad, por nuestro estilo de vida, la tierra y nuestro país. ¿Por qué estarías dispuesto a morir? ¿Por quién estarías dispuesto a morir? ¿Por cuáles ideas morirías? Durante la mayor parte de la historia humana, la respuesta a esas preguntas habría llegado inmediatamente a los labios de cualquier persona. Cuando perdemos la inmediata respuesta a esas preguntas humanas, hemos perdido parte de nosotros mismos, hemos perdido nuestra identidad.


Al lograr identificarnos con algo más grande, superior, de lo que somos parte, obtenemos acceso a una fuente infinita de motivación para mejorar y cuidar de las cosas, de la tierra y de la gente, de nosotros mismos, porque las amamos. Al querer llevar ese proyecto a ser lo mejor, nos inspiramos para llevarnos a ser nuestras mejores versiones, porque somos parte de ello, creando así una simbiosis.


Todos moriremos. El objetivo no es vivir para siempre, el objetivo es crear algo que lo hará.


  1. Necesitamos dirigir un proyecto que trascienda nuestra vida (como lo fueron las ideas que fundaron un país, una comunidad, una familia, de las que somos parte y son parte de nosotros).


  2. Al crear una familia, creamos un proyecto para el futuro, que trasciende nuestra propia vida, que impactará en la comunidad y en la patria. Para empezar, hay que recordar que una familia empieza con uno mismo, volviendo a tratarnos a nosotros mismos como a alguien al que amamos, que nos importa y que queremos lo mejor para esa persona; por lo que volvemos a ser capaces de tomar decisiones que son para nuestro bien y no las comodidades que sabemos que nos hunden.


  3. Explorar y conocer a nuestros antepasados y nuestra historia, y continuarla al crear nuevos hitos, tradiciones y recuerdos familiares que perduren. Esto nos permitirá ser parte de esa entidad más grande, de la que somos una pieza fundamental, que es parte de nosotros y que, consecuentemente, amamos.


Trabajar por dejar un legado consciente que perdure puede ser la clave para encontrar un propósito superior en nuestras vidas, que nos dé una razón para estar vivos y para soportar el sufrimiento del día a día, de paso para crear algo a lo que nuestros descendientes podrán aferrarse y pertenecer.



Entradas recientes

Ver todo

Comentários


bottom of page